Shabat shalom!
El mundo fue creado con el habla. La primera vez que Dios lo hizo, fue en el libro del Génesis: "Y Dios dijo: Sea la luz". La declaración es el proceso por el cual se lleva a cabo la creación. El Salmo 33 lo menciona: "Por la palabra de Adonai fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca". Curiosamente cuando Dios crea al hombre, la corona de su creación, creada a su imagen, de todos los seres creados solo a el, le da la capacidad del habla. La porción de esta semana, Parashat Bo, finaliza con la ordenanza de las palabras, o mejor dicho, el uso de palabras para enseñar la historia de la salida de Egipto. En el capítulo trece de Éxodo mas tarde nos ordena: "Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Adonai hizo conmigo cuando me sacó de Egipto", y además: "Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Adonai nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre". De ahí que el habla, entonces no es una habilidad trivial, sino que tiene un propósito y una función. La capacidad de hablar, de transmitir el mensaje, de contar la historia, es una capacidad que nos ayuda a preservar la memoria. Se que mi mensaje les parece obvio, pero en realidad lo es? Especialmente ahora, en la era de la comunicación electrónica, que reemplaza al habla como el envío de mensajes SMS, o de correo electrónico, Whatsapp, Signal, Telegram. Se que muchos gustan de dejar mensajes de audio, pero la gran mayoría de nosotros nos hemos acostumbrado a escribir mensajes en línea. Es algo que muchas veces crea confusiones en la comunicación. Falta un mensaje adicional, ¿qué pasa con el tono de voz? ¿O el ritmo? Se han perdido con el tiempo... Por otro lado, todos estamos conscientes de lo destructiva que puede ser la comunicación electrónica, lo terriblemente destructivo que es su poder sobre todo en las redes sociales. La voz misma es parte importante del mensaje. Una voz molesta o enojada, expresará mucho mas, que iconos o muchos signos de exclamación textuales. Una voz puede expresar tristeza o vergüenza, mas que escribir tres puntos al final de cada una de nuestras oraciones electrónicas. Es algo que no podremos transmitir. La voz puede crear intimidad, cercanía. Leí recientemente en una publicación de red social una pregunta que decía: “¿Que es mas valioso un ‘Te quiero’ o un ‘Te amo’?” lo que desarrolló una enorme cantidad de respuestas. Yo simplemente aporté mis conocimientos en el idioma y comenté que en hebreo hay una sola forma de decirlo: ANI OHEV o OHEVET. Entonces ¿cual es la diferencia entre decir en hebreo “Me gusta la sopa de verduras” o decirle a una pareja con mucha pasión “Te amo”? Las palabras son las mismas, pero la entonación de voz y el ritmo, la emoción que se use en la expresión, hacen toda la diferencia. “Higadeta lebinja - Y le contarás a tu hijo” y yo agregaría “a tu hija” también es un mandamiento. Este relato puede ser de un hombre sentado con su hijo, una abuela con su nieta, una tía con su sobrina. Al usar la voz, las emociones, el ritmo, el tono, se crea un mundo, exactamente igual como el de Dios cuando creó el mundo, con la palabra expresada. En dos semanas llegaremos a Parashat Itro, y en ella, el quinto mandamiento nos pide “respetar a tu padre y a tu madre”, que en mi opinión debiera estar en el currículum de estudios de las escuelas. Sin embargo, Shalom Rosenberg, periodista Israelí, sugiere enfatizar la dirección opuesta: el respeto de los padres por las enseñanzas a los hijos y dice: "El padre y la madre son di facto, los mensajeros de la cultura, que busca crear una memoria colectiva... y el primer deber de los padres es: "Higadeta lebinja - Y le contarás a tu hijo". Rosenberg continúa diciendo: "No es que exista un derecho a educar. Hay una obligación de educar. Si no somos educadores, no criaremos seres humanos naturales, sino simples, cultural y moralmente vacíos". La Hagadá de Pésaj, que dice "Y le contarás a tu hijo", incluso nos enseña que hay diferentes formas de hablar con nuestros hijos. Hay diferentes tipos de niños y niñas, y debemos encontrar el camino al corazón de todos, incluso al corazón del malo, o al corazón del que no sabe preguntar. Como esta escrito en Proverbios 22: "Instruye al niño según su camino". Este mandamiento "Y le contarás a tu hijo" es más que una bonita ceremonia de Pesaj. Es un mandamiento, en primer lugar, de hablar con nuestros hijos e hijas, siempre, todos los días. La conversación con la próxima generación, es imprescindible. Es necesario reconocer no el derecho, sino la obligación de los padres a transmitir la historia. A través de la enseñanza, se crea una comunicación entre la generación de padres y abuelos y la generación de hijos y nietos. Dios nos ha enseñado que el habla tiene un poder verdaderamente creativo. Hablamos con Dios y oramos para que escuche nuestra voz, y cuando dejamos de leer el Sidur: ¿qué voz tenemos? ¿Qué conciencia tenemos de la voz que sale de nuestra boca y de las palabras expresadas? No tengamos vergüenza de hacer oír y cantar nuestras voces. No tengamos miedo de iniciar una conversación que pueda resultar difícil. Cuantas veces hemos preferido "no hablar para no involucrarnos". Guardamos silencio, porque quizás lo que decimos no suena lo suficientemente inteligente, ni lo suficientemente impresionante, ni lo suficientemente ingenioso. Este importante mandamiento de Parashat Bo, nos pide usar nuestra voz, ante todo con nuestros propios familiares. No es necesario esperar hasta Pesaj. Contemos la historia de nuestro pueblo sobre cualquier época a nuestras siguientes generaciones, pues con ello, explicamos al mismo tiempo nuestra historia personal. La historia de una relación que construye, crea, entre nosotros y nuestros descendientes una relación única. Es relatar el pequeño Éxodo de nuestra familia, y no dejarlo para mas tarde, sino Beetzem Hayom haze, precisamente HOY.
Shabat Shalom! Rabino David Laor 22 de Enero, 2021
Shabbat shalom!
The world was created by speech. The first time God has used speech, was in the book of Genesis: "And God said: Let there be light.". The declaration is the process by which creation takes place. Psalm 33 mentions it: "By the word of the Lord were the heavens made, and all the host of them by the breath of His mouth". Curiously, when God creates man – the crown of his creation, created in his image – out of all beings He has created, only to Adam, God gives the ability to speak. This week's portion, Parashat Bo, ends with the ordinance of words, or rather the use of words, when teaching the story of the exodus from Egypt to the next generation. Later, in the thirteenth chapter of Exodus, He orders us: "And thou shalt tell thy son in that day, saying, ‘This is done because of that which the Lord did unto me when I came forth out of Egypt.’", and also: "And it shall be when thy son asketh thee in time to come, saying, ‘What is this?’ that thou shalt say unto him, ‘By strength of hand the Lord brought us out from Egypt, from the house of bondage". Therefore, speaking is not a trivial skill, it has purpose and function. The ability to speak, to convey the message, to tell the story, is an ability that helps us preserve memories. I know my message might seem obvious to you, but is it really? Especially now, in the age of electronic communication, which replaces speech like sending SMS messages, or email, WhatsApp, Signal, Telegram, etc. I know many like to leave audio messages, but I think that most of us have become used to writing messages online. It is something that often becomes a source of misunderstanding and confusion in communication. An additional message is missing, what about the tone of voice? Or the rhythm? They have been lost, with time... On the other hand, we are all aware of how destructive electronic communication can be, how terribly damaging its power can become, especially in social networks. The voice itself is an important part of the message. An annoyed or angry voice will express much more than icons or many textual exclamation points. A voice can express sadness or shame, rather than writing three periods at the end of each of our electronic sentences... It is something that we will not be able to transmit. The voice can add intimacy, closeness. I recently read in a social media a post, asking the following question: "Which is more valuable, an 'I like you', or 'I love you'?", which produced many responses. I simply contributed my knowledge of the language, and commented, that in Hebrew there is only one way to say it: ANI OHEV or OHEVET. So, what is the difference between saying, in Hebrew, “I like vegetable soup”, or saying, passionately, to your spouse - “I love you”? The words are the same, but the intonation of the voice and the rhythm, the emotion that is used in the expression, makes all the difference. "Higadeta lebincha - And thou shalt tell thy son", and I would add - "your daughter", is also a commandment. This story may be of a man sitting with his son, a grandmother with her granddaughter, an aunt with her niece. By using oral speech, the emotions, the rhythm, the tone, a world is created; exactly like the one formed by God, when he created the world, using the expressed word. In two weeks, we will read Parashat Itro, where the fifth commandment will ask us to - “respect your father and your mother”, which, in my opinion, should be on the school curriculum. However, Shalom Rosenberg, an Israeli journalist, suggests emphasizing the opposite direction: the respect of parents for the teachings of their children, and says: "The father and mother are di facto, the messengers of culture, which seek to create a collective memory... and the first duty of the parents is: "Higadeta lebincha - And thou shall tell your son". Rosenberg continues, by saying: "It is not that there is a right to educate. There is an obligation to educate. If we are not educators, we will not raise natural human beings, but simple, culturally and morally empty ones". The Passover Haggadah, which says - "And thou shall tell your son", even teaches us that there are different ways to approach our children. There are different boys and girls, and we must find our way to every individual child's heart, even the heart of the bad guy, or the heart of the one who doesn't know how to ask. As it is written in Proverbs 22: "Train up a child in the way he should go". This commandment "And thou shall tell your son" - is more than just a beautiful Pesach ceremony. It is a commandment, first of all, to talk to our sons and daughters. Always. Every day. Conversation with the next generation is a must. It is necessary to recognize not the right, but the obligation of parents to pass on the story. Through teaching, communication is created between the generation of parents and grandparents and the generation of children and grandchildren. God has taught us that speech has a genuine creative power. We talk to God and pray that He hears our voice, and when we stop reading the Siddur: What voice do we have? What awareness do we have of the voice that comes out of our mouth, and the words it expresses? Let us not be ashamed to make our voices heard, and sing! Let us not be afraid to start a conversation that may be difficult. How many times have we preferred "not to speak so as not to get involved". We are silent, because maybe, what we say does not sound smart enough, or impressive enough, or witty enough. This important commandment of Parashat Bo asks us to use our voice, primarily, with our close ones. It is not necessary to wait until Pesach. Let us tell the history of our people, of any time, to our next generations, because with it, we explain our personal history at the same time. The story of a relationship, which develops and progresses, between us and our descendants, is very unique. It is to relate the little Exodus of our family, and not postpone it for later, but Beetzem Hayom haze, precisely, TODAY.
Shabbat shalom!
Rabbi David Laor
January 22nd, 2021
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