BESHALAJ 5769
Éxodo - Shemot 13:17-17:16
7 de febrero, 2009 -13 de Shvat, 5769
La alegría no puede ser plena…
cuando un ser humano pierde la vida
La parashá de esta semana nos relata el cruce de los hebreos por el mar Rojo, su liberación de la opresión egipcia y el canto, alegría y regocijo por el milagro de haber sido salvados. Esta es una de las pocas veces, dentro de la Torá, que aparece un cántico poético. Inmediatamente después de que los hebreos cruzaron el mar Rojo, una gran fiesta surgió, en la que bailaron y cantaron. Fue una verdadera expresión de agradecimiento y alabanza producida por medio de sus propios cuerpos, voces y corazones. Después de tanto miedo e incertidumbre, se salvaron. Fue un verdadero canto a la vida.
Al rememorar esta historia tan crucial de nuestra tradición, no podemos olvidar que se salvaron los hebreos pero murieron varios egipcios. Si bien existen, hasta hoy en día, pueblos que se alegran por la muerte de sus vecinos, nuestra tradición nos incita a sensibilizarnos por dichas pérdidas. La muerte de ningún ser humano, tenga este la convicción, pensamiento, ideología que tenga, puede ser motivo de alegría. En la modalidad del recitado del Halel de la festividad de Pésaj encontramos uno de los ejemplos de este principio.
El Halel es un conjunto de Salmos de alabanza (Salmos 113-118), que se incluye dentro de la liturgia de gran parte de las festividades judías como una forma de expresar nuestro agradecimiento, alabanza y alegría en cada conmemoración. Generalmente, el Halel se reza completo en cada festividad. Una de las pocas excepciones en que no se reza el conjunto de Salmos, sino que se saltan algunas partes, es en Jol Hamoed Pésaj (días intermedios entre los días de Iom Tov) y los últimos días de Iom Tov de dicha festividad. En esta oportunidad, quisiera referirme específicamente a la razón por la cual no se dice el Halel completo en el séptimo día de Pésaj en Israel, y séptimo y octavo en la diáspora.
Según nuestra tradición, el séptimo día de Pésaj fue el día en que los hebreos se salvaron, pero también fue el día en que varios soldados egipcios se ahogaron en el Mar Rojo. Si bien los hebreos se salvaron de la muerte y persecución por parte de los egipcios, no puede ser un día de regocijo pleno dado que seres humanos perdieron la vida. De esta manera lo expresa claramente una cita del Talmud:
“¿Acaso El Santo Bendito Sea se alegra de la derrota de los enemigos (del pueblo de Israel)?”…”El Santo Bendito Seano se alegra de la derrota los enemigos (del pueblo de Israel)”…”Pidieron los ángeles celestiales decir alabanzas (en el séptimo día). Dijo El Santo Bendito Sea: ‘los egipcios se están hundiendo en el mar y ¿ustedes quieren decir alabanzas?’” (Talmud Babilónico, Tratado Meguilá 10b).
En otras palabras, ¿cómo alegrarse fervientemente habiendo muerto otra persona, aun cuando ésta sea un archienemigo?
Siguiendo el espíritu de este mensaje es que no se dice el Halel completo en los últimos días de Pésaj.
Como pueblo estamos viviendo momentos muy difíciles. Ciertos grupos en nuestras sociedades festejan y se alegran por la muerte de miembros de nuestro pueblo. En cambio, nuestra tradición nos exige sensibilizarnos por el dolor de nuestro vecino. No puede existir una alegría completa cuando otro ser humano pierde la vida. Pareciera ser que estos no son valores que reinan en esta época que nos toca vivir.
Solamente cuando llegue la paz verdadera, la paz tan ansiada y añorada, podremos todos los seres humanos alegrarnos fervientemente por nuestros logros y por los logros de nuestros semejantes.
Shabat Shalom!
BESHALACH 5769
Exodus - Shemot 13:17-17:16
February 7, 2009 -13 Shevat, 5769
Joy cannot be complete…
when a human being dies
This week’s parashah recounts the crossing of the Red Sea by the Jews, their redemption from Egyptian oppression, and the song, joy and rejoicing for the miracle of having been saved. This is one of the few times in the Torah that a poetic chant appears. Immediately after the Jews crossed the Red Sea, a large celebration arose, where they danced and sang. It was a true expression of thanksgiving and praise, produced by their own hearts through their movement and voices. After suffering so much fear and uncertainty, they were saved. It was a true hymn to life.
When we recall this story, crucial to our tradition, we cannot forget that the Jews were saved but several Egyptians died. Although there are people, even today, who rejoice with the death of their neighbors, our tradition incites us to be aware of such loses. The death of any human being, notwithstanding their convictions, thoughts and ideologies, cannot be a reason for rejoicing. We find an example of this principle in the chanting of the Hallel during the Pesach festival.
The Hallel is a group of Psalms of Praise (Psalms 113-118), included within the liturgy of most Jewish festivals as a way to express our gratitude, praise and joy in each commemoration. In general, the Hallel is read in full on each holiday. One of the few times that the entirety of the Psalms are not read, by skipping some parts, is in Chol Hamoed Pesach (intermediate days between the Yom Tov days) and the last days of Yom Tov of the Pesach festival. I would like to share with you the reason why the Hallel is not read in full on the seventh day of Pesach in Israel, and on the seventh and eighth days in the Diaspora.
According to our tradition, the seventh day of Pesach was the day when the Jews were saved, but it was also the day when several Egyptian soldiers drowned in the Red Sea. Although the Jews were saved from death and persecution on the part of the Egyptians, it cannot be a day of full joy, given that human beings lost their lives. Thus it is clearly stated in the Talmud:
“Now does the Holy One Blessed Be He rejoice over the fall of the wicked?” … “The Holy One Blessed be He does not rejoice over the fall of the enemies (of the people of Israel)” … “The ministering angels wanted to sing songs of praise (on the seventh day). God said: ‘The Work of My Hands is being drowned in the sea, and shall you sing songs?’” (Babylonian Talmud, Megillah Treatise 10 b).
In other words, how can you fervently rejoice when someone else has died, even when he may have been an archenemy of yours?
Following the spirit of this message, the entire Hallel is not recited in the last days of Pesach.
As a people, we are facing difficult times. Certain groups in our societies celebrate and rejoice over the death of members of our people. Our tradition, on the other hand, demands our being aware of our neighbors’ pain. There cannot be complete joy when another human being has died. These values do not seem to be too popular at the age in which we currently live.
Only when true peace comes, the yearned for and longed for peace, may all humankind fervently rejoice over our achievements and those of our fellow men.
Shabbat shalom!
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