Shabat Shalom!
Desconozco si en este país se lleven a cabo censos de población. En mis días de estudiante de secundaria, recuerdo que nos enviaban por zonas a preguntar casa por casa las preguntas del censo, algo que resultaba bastante engorroso y hasta desesperante, sobre todo porque había muchos quienes no estaban dispuestos en participar. En Israel el censo de población se realiza a través de centros de bases de datos, es una forma virtual de publicar estos datos. La porción de esta semana Parashat Ki-Tisa inicia con un curioso relato sobre el censo de la población. La Tora indica claramente que no se cuentan individuos, sino monedas que tenían un valor de medio shekel, y que eran traídas como “dinero de rescate” como si el hecho mismo de ser contados fuera un pecado.
El texto de Éxodo 30 dice así: “12 Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a Adonai el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado. 13 Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo será la ofrenda a Adonai”. ¿Por qué acorde a la Tora, no se cuentan a las personas?
Creo que una forma de entenderlo es a través de la forma en que el censo era llevado a cabo. En realidad, el censo era de monedas, que representaban individuos y no todos por cierto, sino acorde al texto únicamente era: “14 Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Adonai. 15 Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio shekel, cuando dieren la ofrenda a Adonai para hacer expiación por sus personas. 16 Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel delante de Adonai, para hacer expiación por sus personas”. De aquí que acorde a la tradición, se aprendió una prohibición de contar directamente individuos. Lo mismo lo aprendimos de la Haftara de la semana pasada, Shabat Zajor, donde leemos que el Rey Shaúl antes de salir a la guerra contra Amalek, erróneamente contó a cada uno de los soldados: “4 Y Shaúl, escuchó al pueblo y les pasó revista en Telaim: doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Yehuda” 1ero Samuel 15
La historia del censo acorde a lo que esta escrito en la Torá y de la historia del Rey Shaul, creó la afirmación de los sabios de que la bendición existe solo en aquello que este oculto a los ojos, en lo que no sea visto. Para explicarlo, el Talmud tratado Taanit 8b dice: “Los Sabios enseñaron: Quien entra a calcular la producción en su granero dirá: ‘Sea Tu voluntad, Señor nuestro Dios, que envíes una bendición sobre el trabajo de nuestras manos’. Después de haber comenzado a calcular, dirá: ‘Bendito el que envía una bendición sobre esta cantidad’. Pero, si uno primero calcula y luego recita la bendición, es una bendición en vano, ya que la bendición no se encuentra ni en lo que se pesa, ni en lo que se calcula, ni en lo que se cuenta. Más bien, una bendición se encuentra solo en aquello que está oculto a la vista”. En otras palabras, no es la cantidad de algo, lo que le da valor a la bendición, sino el hecho mismo de que se haya recibido, la bendición no se da al obtener una ganancia grande o pequeña, sino por haber sido bendecidos con ganancia y no con perdida. Es una forma de ver el mundo con optimismo.
Curiosamente, Rashi en su comentario al respecto, se apegó a una explicación mística, e indica que contar a las personas conduce a revelar un número, lo que permite que el “mal de ojo” controle a las partes. La idea de Rashi, es tomada del caso del Rey David, descrito en el 2do libro de Samuel 24 que relata:”1 Volvió a encenderse la ira de Adonai contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Yehuda. 2 Y dijo el rey a Yoab, general del ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beersheba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el número de la gente. 3 Yoab respondió al rey: Añada Adonai tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; pero ¿porqué se complace en esto mi señor el rey?” aparentemente no era algo permitido ni común. El final de la historia es una plaga en la que murieron setenta mil hombres.
Entonces, ¿cuál es el mensaje que la Tora nos quiere dar acerca del conteo de seres humanos? ¿Porque acorde al texto sagrado, podemos contar cualquier otra cosa, pero no personas? Hoy en día, podemos reconocer que esta Mitzva es irrelevante, pues el contar personas es parte de nuestra vida cotidiana. Desde las estadísticas diarias, las personas que asisten a citas medicas, incluso en nuestra sinagoga, el Gabai tiene la tarea de ir contando cuantas personas hay para Minian en los servicios, o si hay tres o mas para hacer Zimun antes del Birkat Hamazon.
El mundo humano siempre ha vivido en un mundo de cuentas y cantidades. La riqueza de una persona dependía de la cantidad de rebaño, bienes, o en el numero de hijos y en el pasado en el número de esposas. La cantidad de dinero y oro son hoy en día un signo de importancia, y no solo la riqueza del hombre. Incluso en el campo de la educación, a menudo hablamos sobre el número de puntos en las pruebas psicométricas. Nuestros hijos evalúan sus capacidades académicas en base a cantidades, no es conocimiento. Por otro lado, el Talmud tratado Yoma 22b nos relata: “dijo el rabino Yitzchak: No se permite contar a Israel incluso al hablar de un mandamiento, como sucedió con el rey Shaul: ‘Y Shaúl, escuchó al pueblo y les pasó revista en Tlaim’. El rabino Eleazar dijo que todo el que cuente a Israel trasgrede un mandamiento pues esta escrito: ‘será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar’” Oseas 1:10
¿Como resolver esta controversia? Por un lado, al dar un alto valor a un numero, se quita la importancia a otras formas de apreciación, como la comprensión del hecho mismo, el desarrollo personal, el crecimiento. Un niño que asista a una escuela llega a vivir en un mundo de calificaciones, ya sea letras o números, y puede llegar a perder el valor mismo del conocimiento y la experiencia. Por otro lado, la prohibición quiere evitar el convertir a las personas en números, sobre todo cuando recordamos trágicamente la conexión de este concepto, con lo que sucedió a nuestra gente en el Holocausto, cuando su humanidad se perdía al ser solo eso… un numero más tatuado en sus brazos. Judaísmo nos enseña que cada persona representa un mundo entero para nosotros ya que no existe nadie que sea igual a los demás, nadie es número uno y otro es número dos.
Habrá quienes crean como Rashi, en el “mal de ojo” o en otras creencias populares, es valido. Pero en mi opinión personal, las cosas de más valor en la vida, son aquellas que no se pueden contar, medir ni pesar: ¿Cuanto se ama a alguien? ¿Como se calcula la felicidad? ¿Cuanto vale una sonrisa? ¿Que tanto es el dolor? ¿Que tanto puede alguien estar triste? ¿Cuanto cuesta la salud física y la mental? En el cuento de “El Principito”, el zorro le da una hermosa recomendación al Principito que buscaba entre muchos planetas, respuestas para el sentido de la vida. Recuerdo siempre lo que decía el zorro: “Es sólo con el corazón que uno puede ver claramente. Lo esencial es invisible a los ojos”. “...invisible a los ojos”, justo como lo indicaron los sabios. El separar números de los verdaderos valores en la vida, en mi opinión, es algo que siempre vale la pena recordar.
Shabat Shalom!
10 de Marzo, 2023
Rabino David Laor
Shabbat Shalom!
I do not know if population censuses are carried out in this country. In my days as a high school student, I remember that we were sent to different areas to ask the census questions from house to house, something that was quite cumbersome and even frustrating, especially since there were many who were not willing to participate. In Israel, the population census is carried out through database centers, it is a virtual way of publishing this data. This week's portion of Parasha Ki-Tisa begins with a curious story about the population census. The Torah clearly states that it is not individuals that are counted, but coins that were worth half a shekel, and that they were brought as "ransom money" as if the very act of being counted was a sin.
The text of Exodus 30 reads like this: “12 When you take a census of the Israelite men according to their army enrollment, each shall pay Adonai a ransom for himself on being enrolled, that no plague may come upon them through their being enrolled. 13 This is what everyone who is entered in the records shall pay: a half-shekel by the sanctuary weight—twenty gerahs to the shekel—a half-shekel as an offering to Adonai". Why, according to the Torah, people are not counted?
I think one way to understand it is through the way the census was carried out. Actually, the census was of coins, which represented individuals and not all of them by the way, but according to the text it was only: “14 Everyone who is entered in the records, from the age of twenty years up, shall give Adonai’s offering: 15 the rich shall not pay more and the poor shall not pay less than half a shekel when giving Adonai’s offering as expiation for your persons. 16 You shall take the expiation money from the Israelites and assign it to the service of the Tent of Meeting; it shall serve the Israelites as a reminder before Adonai, as expiation for your persons”. Hence, according to tradition, a prohibition on directly counting individuals was learned. We learn the same from last week's Haftara: Shabbat Zachor, where we read that King Shaul, before going to war against Amalek, erroneously counted each one of the soldiers: "4 Shaul mustered the troops and enrolled them at Telaim: two hundred thousand men on foot, and ten thousand men of Yehuda" 1st Samuel 15
The history of the census according to what is written in the Torah and the story of King Shaul, created the affirmation of the sages that the blessing exists only in what is hidden from the eyes, in what is not seen. To explain it, the Talmud in tractate Taanit 8b says: "The Sages taught: Whoever enters to calculate the production in his barn will say: 'May it be Your will, Lord our God, that you send blessing on the work of our hands'. After having started calculating, he will say: 'Blessed is He who sends a blessing on this amount'. But, if one first calculates and then recites the blessing, it is a blessing in vain, since the blessing is found neither in what is weighed, nor in what is calculated, nor in what is counted. Rather, a blessing is found only in that which is hidden from sight". In other words, it is not the amount of something that gives value to the blessing, but the very fact that it has been received, the blessing is not given by obtaining a large or small profit, but by having been blessed with profit and not with loss. It is a way of seeing the world with optimism.
Interestingly, Rashi in his comment about it, stuck to a mystical explanation, indicating that counting people leads to revealing a number, which allows the "evil eye" to control the parties. Rashi's idea is taken from the case of King David, described in the 2nd book of Samuel 24, which recounts: "1 The anger of the LORD again flared up against Israel; and He incited David against them, saying, ‘Go and number Israel and Yehuda’ 2 The king said to Yoab, his army commander, ‘Make the rounds of all the tribes of Israel, from Dan to Beersheba, and take a census of the people, so that I may know the size of the population’ 3 Yoab answered the king, “May the LORD your God increase the number of the people a hundredfold, while your own eyes see it! But why should my lord king want this?’” apparently it was not something common nor allowed. The story ends with a plague in which seventy thousand men died.
So, what is the message that the Torah wants to give us about the counting of human beings? Because according to the sacred text, we can count anything else, but not people? Today, we can recognize that this Mitzva is irrelevant, since counting people is part of our daily lives. From the daily statistics, the people who attend medical appointments, even in our synagogue, the Gabai has the task of counting how many people there are for Minian in services, or if there are three or more to do Zimun before Birkat Hamazon.
The human world has always lived in a world of accounts and quantities. The wealth of a person depended on the amount of herd, property, or on the number of children and in the past, on the number of wives. The amount of money and gold are today a sign of importance, and not just the wealth of man. Even in the field of education, we often talk about the number of points on psychometric tests. Our children evaluate their academic abilities based on quantities, not knowledge. On the other hand, the Talmud tractate Yoma 22b tells us: “Rabbi Yitzchak said: It is not allowed to count Israel even when dealing with a commandment, as it happened with King Shaul: 'Shaul mustered the troops and enrolled them at Telaim'. Rabbi Eleazar said that everyone who counts Israel transgresses a commandment for it is written: 'The number of the children of Israel will be like the sand of the sea, which cannot be measured or counted'" Hosea 1:10
How to resolve this controversy? On the one hand, by giving a high value to a number, the importance is taken away from other forms of appreciation, such as understanding the fact itself, personal development, growth. A child who attends a school comes to live in a world of grades, be it letters or numbers, and may lose the very value of knowledge and experience. On the other hand, the prohibition wants to avoid turning people into numbers, especially when we tragically remember the connection of this concept, with what happened to our people in the Holocaust, when their humanity was lost by being just that... a number tattooed in their arms. Judaism teaches us that each person represents a whole world for us since there is no one who is equal to the others, no one is number one and another is number two.
There will be those who believe like Rashi, in the "evil eye" or in other popular beliefs, it is valid. But in my personal opinion, the most valuable things in life are those that cannot be counted, measured or weighed: How much do you love someone? How is happiness measured? How much is a smile worth? How much is the pain? How much sadness may someone feel? How much does physical and mental health cost? In the story of "The Little Prince", the fox gives the Little Prince a beautiful recommendation, something that he was looking for in many planets, answers for the meaning of life. I always remember what the fox said: “It's only with the heart that one can see clearly. What's essential is invisible to the eye". "...invisible to the eyes", just as the wise declared. Separating numbers from true values in life, in my opinion, is something always worth remembering.
Shabbat Shalom!
March 10th, 2023
Rabbi David Laor
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