Shabat shalom!
La porción de esta semana, Parashat Tetzave inicia con el mandamiento de tener un Ner Tamid, una “luz perpetua”, e inmediatamente después de dos versículos, cambia de tema tratando sobre las prendas de vestir de los sacerdotes, y especialmente sobre la ropa del sumo sacerdote. Cuando los Masoretas hicieron la división de la Tora en 5 libros y en 54 porciones, debieron de haber encontrado un motivo muy especial por el cual dejar estos dos versículos como el inicio de la porción de esta semana y no como el final de la anterior. ¿Cuál es la relación entre la “luz perpetua” y las prendas de vestir del Sumo Sacerdote, que los sabios decidieron unirlas al inicio de esta porción? Los dos versículos en cuestión dicen así: “20 Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. 21 En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Adonai desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones” Exodo 27. De aquí sabemos que una luz se encontraba encendida siempre en el tabernáculo, más tarde en el templo, y hasta el día de hoy, que mantenemos una luz encendida sobre el arca en todas las sinagogas del mundo: El Ner Tamid. Sobre el concepto de la luz puedo comentar innumerables versículos en la Biblia. Quizás el más conocido por todos sea el del libro de Proverbios 6: “Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz”. De ahí que la Tora sea una fuente de luz representando los valores morales y de justicia. Aquellos que se apeguen a esa enseñanza, no erraran en su camino, como lo menciona el Salmo 119: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino". Pero quizás uno de los versículos mas hermosos sea también del Rey Salomón en sus Proverbios 20: “Lámpara de Adonai es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón”. En otras palabras, todos somos de hecho, como luces encendidas creadas a imagen de Dios. Como comente al inicio, después del Ner Tamid la Parasha cambia abruptamente de tema, a las ropas del sacerdote y menciona al Joshen o pectoral. El pectoral es descrito así: “15 Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 16 Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho; 17 y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un topacio y un carbunclo; 18 la segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante; 19 la tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista; 20 la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas estarán montadas en engastes de oro. 21 Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus”. El Joshen era en sí una placa cuadrada con doce piedras preciosas incrustadas, simbolizando cada una de las tribus de Israel. Para el sacerdote, las piedras simbolizan a los hijos de Israel mismos, para los cuales el era su mensajero. El Midrash Shemot Rabbah, 38:10, menciona que este peculiar Joshen, representaba los derechos que tenían los hijos de Israel ante la divinidad, derechos que protegen no solo al pueblo, sino al sumo sacerdote mismo, el mensajero que en su nombre tendría que expiar los pecados del pueblo y hablar en su lugar. Pero, ¿qué simbolizaba el pectoral para los hijos de Israel? Imaginemos ahora que vivíamos en aquella época y que todos nosotros pertenecíamos a la tribu de Neftali por ejemplo. Cuando veríamos el pectoral identificaríamos orgullosamente en el pecho del sumo sacerdote, a la piedra que simboliza nuestra tribu, una piedra preciosa, hermosa y radiante. ¡Nos sentiríamos orgullosos de verlo! Pero, quizás lo más importante es que alrededor de esa piedra que representaba a nuestra tribu, observaríamos que hay otras piedras preciosas: la piedra que simboliza la tribu de Dan, Asher, Benjamín, etc. Y nos daríamos cuenta de que todas son piedras preciosas, que todas están en un pectoral, que todas están ubicadas a la misma distancia unas de las otras en una formación de cuatro hileras por tres piedras cada una. Todas importantes de igual manera como tu propia tribu, como tu mismo. Cuán necesario es recordar que TODOS nosotros somos piedras preciosas. Cuán necesario es recordar que TODOS lo que nos rodean son también piedras preciosas, quizás distintas y con otros nombres, con otro color de piel, de otra tonalidad de cabello, de otra altura y complexión, de otro color de ojos, de otra forma de irradiar luz, una belleza distinta, todos a la misma distancia, con los mismos derechos, las mismas virtudes, todos en un solo plano de santidad ante la Divinidad. Ninguna de esas piedras es menos importante que nosotros, ni nosotros somos mas importante que ellas, ni mas dignas, ni más especiales. Somos simplemente TODOS, piedras distintas y en el mismo Joshen y todos cercanos a la Divinidad. Cuán necesario es recordar que todos somos luces de Divinidad, y debemos ver no tan solo nuestra luz y resplandor, sino también la luz y el resplandor de otros, los cercanos y los lejanos, los de diferente sexo o tendencias sexuales, los de diferente color de piel, los de diferente credo, judíos y los no judíos. Aquí se encuentra entonces la conexión entre el simbolismo de la luz del Ner Tamid, la vela perpetua y el Joshen, el pectoral que cuelga del pecho del sumo sacerdote. Ahora que hemos terminado Purim y hemos dado Matanot Levionim, regalos a los necesitados, nos acercamos a Pesaj, y tendremos que recordar la Mitzva de "Kamja Depasja", el recaudar paquetes de comida para que todos aquellos necesitados, puedan celebrar la Pascua en una forma digna. El hacer justicia social, el Tikun Olam, arreglar el mundo y el ayudar a otros nos ayuda a mantener encendido ese Ner Tamid, esa luz que siempre irradía desde nosotros, una luz que podemos ofrecer a todas las demás piedras preciosas de este “pectoral del mundo”. Toda persona, sea quien sea, aún cuando sea tan distinta a nosotros y tan difícil de captar, es una persona preciosa, y cuando podamos alcanzar un nivel así de comprensión sobre aquellos que nos rodean, podremos llegar a niveles humanos de sensibilidad, que nos permitan captar la divinidad en todas partes, en todo momento y en todo lugar.
Shabat Shalom! Rabino David Laor 26 de Febrero, 2021
Shabbat shalom! This week's portion, Parashat Tetzave, begins with the command - of keeping a “Ner Tamid” - a "perpetual light", and immediately, two verses later, it changes the subject to indications about the garments of the priests, and especially, of the high priest. When the Masoretic sages divided the Torah into 5 books and 54 portions, they must have found a very special reason to include the two mentioned verses, discussing “Ner Hatamid” and the priests’ clothing, as the opening of this week's portion, and not splitting them or using them as the closing of the previous portion. What is the relationship between these two topics, that the sages saw fit to unite them, as the opening of this portion? The two verses in question, read, as follows: “20 And thou shalt command the children of Israel that they bring thee pure oil of beaten olives for the light to cause the lamp to burn always. 21 In the tabernacle of the congregation outside the veil, which is before the Testimony, Aaron and his sons shall tend it from evening to morning before the Lord. It shall be a statute for ever unto their generations on the behalf of the children of Israel” Exodus 27. This is how we know that a light was always lit in the tabernacle, and later, in the temple, and to this day, the one we maintain in all the synagogues all over the world: a light over the ark - The Ner Tamid. I can mention countless verses in the Bible which handle the concept of light. Perhaps, the best known, is found in the book of Proverbs 6: "For the commandment is a lamp, and the Tora is the light.". Hence, the Torah is a source of light, representing moral and justice values. Those who adhere to its teaching, will not err on their way, as Psalm 119 mentions: "Thy word is a lamp unto my feet, and a light unto my path". But perhaps, one of the most beautiful verses, also comes from King Solomon, in his book of Proverbs 20: "The spirit of man is the candle of the Lord, searching all the inward parts of his being". In other words, we are all, in fact, like lights created in the image of God. As I mentioned in the beginning, after “Ner Tamid”, the Parasha abruptly changes the subject, to the priest's clothing and mentions the “Choshen” or pectoral. The breastplate is described, as follows: “15 And thou shalt make the breastplate of judgment with skillful work; according to the work of the ephod thou shalt make it: of gold, of blue and of purple, and of scarlet and of finetwined linen shalt thou make it. 16 Foursquare it shall be, and doubled: a span shall be the length thereof and a span shall be the breadth thereof. 17 And thou shalt set in it settings of stones, even four rows of stones: the first row shall be a sardius, a topaz, and a carbuncle; this shall be the first row. 18 And the second row shall be an emerald, a sapphire, and a diamond; 19 and the third row a ligure, an agate, and an amethyst; 20 and the fourth row a beryl and an onyx and a jasper. They shall be set in gold in their enclosings. 21 And the stones shall be with the names of the children of Israel, twelve according to their names, like the engravings of a signet; every one with his name shall they be according to the twelve tribes”. The Choshen was, itself, a square plate with twelve precious stones inlaid, symbolizing each of the tribes of Israel. For the priest, the stones symbolized the children of Israel themselves, for whom he served as a messenger. The Midrash Shemot Rabbah, 38:10, mentions that this peculiar Choshen, represented the privileges which the children of Israel had before the divinity, privileges which protected, not only the people, but the high priest himself - the messenger, who, in his name, would have to atone for the sins of the people and speak in their stead. But what did the breastplate symbolize for the children of Israel? Let us imagine now, that we lived in that period of time, and that all of us belonged to the tribe of Naphtali, for example. When seeing the breastplate, we would proudly identify on the chest of the high priest, the stone that symbolized our tribe, a precious, beautiful, and radiant stone. We would be proud to see it! But, perhaps, the most important thing, is that around that stone that represented our tribe, we would realize, that there are other precious stones: the stone that symbolizes the tribe of Dan, Asher, Benjamin, etc. And we would understand, they are all precious stones, they are all included in the breastplate, that they are all located at the same distance from each other in a formation of four rows of three stones each. All of them were important in the same way, as your own tribe, as you are. How necessary it is, to remind ourselves, we are ALL precious stones. How necessary it is, to remind ourselves, ALL that surrounds us, is also precious stones: perhaps, different in their names, skin tone, hair color, height and complexion, different eye color, another form in which they radiate light, a different beauty, all at the same distance, with the same rights, the same virtues, all on a single plane of holiness before the Divine. None of those other stones has lesser importance, neither do we, possess a superiority to them. There is no one who is more worthy, nor more special. We are ALL, simply different stones, located in the same Choshen, and all close to the Divine. How necessary it is, to remind ourselves - we are all lights of the Divinity, and that we must see not only our light and radiance, but also the light and radiance of others, those near and far, those of different gender or sexual tendencies, those of different color of skin, those of different faiths, Jews and non-Jews. This manifests the connection between the symbolism of the light of the “Ner Tamid”, the perpetual candle, and the Choshen, the breastplate that hanged from the high priest's chest. Now that we have finished Purim and have given Matanot Levionim - gifts to those in need, we are approaching Passover, and we will have to remember the Mitzva of "Kamcha Depascha", to collect food packages, so that all those in need will be able to celebrate Passover in a dignified way. Doing social justice, Tikun Olam, fixing the world and helping others, eventually helps us to keep a Ner Tamid lit, a light that always radiates from us, a light that we can offer to all the other gemstones of this “breastplate in the world”. Every person, whoever they are, even if they are so different from us, and even if it may be difficult to understand, is a precious person, and when we may reach such level of understanding about those around us, we may reach human levels of sensitivity, that will allow us to grasp the divinity everywhere, at all times and in all places. Shabbat shalom! Rabbi David Laor February 26th, 2021
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