Shabat Shalom!
Aunque la porción de la Torá de esta semana es Ki Tisa, este Shabat, el tercero de los cuatro Shabat entre los meses de Adar y Nissan, también es especial y se conoce como Shabat Parah ("vaca roja"). Mañana, en la mañana, además de la lectura regular de Ki Tisa, agregamos una porción especial del maftir tomada del Libro de Números que trata sobre el sacrificio de la "vaca roja" utilizada para la purificación ritual de Tum'at HaMet - "la impureza por los muertos". Además de este maftir especial, leemos una haftarah de Ezequiel que también trata el tema de la pureza.
Para quienes no estén familiarizados con este tema, la vaca roja es una vaca cuyo pelaje es de color bermejo y sin imperfecciones. Este peculiar animal se usó para purificar a aquellos que se habían vuelto impuros como resultado del contacto con un cadáver y, por lo tanto, no podían entrar al Templo. El proceso se describe así: el animal es sacrificado ritualmente y quemado fuera del campamento o la ciudad. A la hoguera se le agregaba madera de cedro, hisopo y el escarlata teñido con lana o hilo. Las cenizas que quedaban se colocaban en un recipiente que contiene agua pura. Para purificar a una persona que se había contaminado ritualmente por el contacto con un cadáver, el sacerdote cohen, rociaría de esta agua sobre él.
¿Quedaron confundidos? ¡Esto es solo el principio! El sacerdote que realizaba el ritual se volvía impuro ritualmente al hacer este ritual, y debía de lavarse junto con sus ropas en aguas corriente y esperar hasta la noche hasta que una vez más fuese considerado puro. Así como ustedes, los sabios también quedaron perplejos por el extraño proceso, y tuvieron que explicarlo de alguna manera ante sus discípulos. El Midrash Rabbah sobre el libro de Números, cuenta que cuando los discípulos del Rabbi Yochanan Ben Zakkai le pidieron que explicara este ritual, él respondió: "No es el cadáver lo que lo hace a alguien impuro, ni el agua lo que lo hace puro. Más bien, el Santo Bendito sea, declaró: ‘Una Juká (ley) he promulgado, un decreto he emitido; no puedes violar mis decretos’” De hecho, la lectura del Maftir abre con las palabras: “Esta es la Juká de la Torá" Números 19: 2
En otras palabras, este es un mandamiento sin justificación ni beneficio aparente. El misterio de esta mitzvá permanece sin explicación hasta el día de hoy, e incluso el sabio rey Salomón no pudo comprender el secreto de la vaca roja, declarando: אָמַרְתִּי אֶחְכָּמָה, וְהִיא רְחוֹקָה מִמֶּנִּי" - Todas estas cosas probé con sabiduría, diciendo: Seré sabio; pero la sabiduría se alejó de mí” Eclesiastés 7:23
¿Y nosotros? ¿Debemos nosotros, judíos modernos, ilustrados y progresistas, aceptar esta explicación? ¿Qué significa este ritual? ¿Por qué seguimos leyendo sobre esto en nuestras sinagogas? Debe haber una razón.
Recuerdo muchas conversaciones sobre religión y la fe ciega en Dios, mientras tomaba café con mis seculares compañeros de oficina. “¿Cómo puedes guardar mandamientos irracionales e inútiles en base a una fe ciega?" solían preguntarme mientras degustaban su platillo de carne de cerdo. De igual manera el sacrificio de la vaca roja son parte de mitzvoth que se basan únicamente en una fe ciega y no tienen una base en el sentido común.
A mis amistades solía contestarles: "Si crees que no estás haciendo lo mismo que yo, echa un vistazo a tu vida cotidiana. Muchos hemos estado en un garaje para reparar un automóvil descompuesto o tuvimos la visita de un técnico o un plomero que vienen a reparar algún aparato o tubería rota. Muchos hemos recibido orientación de un maestro o instructor sin obtener una segunda opinión o información adicional. En estos casos, hemos dado una muestra de fe basada en años de experiencia y confiando en la bondad de los demás. Con estos mismos criterios, muchos ponen a sus seres queridos en manos de médicos y profesionales médicos, basándose en la fe ciega de que el medico tomará la decisión correcta. Mas tarde visitan a la farmacia y compran medicamentos que no tienen la menor idea de que están hechos, y los ingieren acorde con las órdenes del médico y todo esto con fe total y completa, sin preguntas, sin lógica y desafortunadamente a veces con efectos secundarios desagradables y posiblemente dañinos ".
¿No es esto también un tipo de prueba de fe? ¿No es cierto que a menudo ponemos nuestra fe ciega en alguien solo por el certificado colgado en su pared? Si ponemos nuestra fe en un médico humano y falible, entonces, ¿por qué no en el "Rofe Neeman – El Doctor" que creó al hombre y al Universo? ¿No deberíamos escuchar las instrucciones, mandamientos y leyes de Dios con fe completa? Si se trata de experiencia, la supervivencia del pueblo judío durante miles de años ciertamente debería servir como prueba. Si se trata de un "certificado", entonces lo tenemos en el rollo de la Torá, que se encuentra en el arca detrás de mí, es la Torá de vida, nos parezca lógico o no. ¿N es acaso nuestra Torá una prueba final de fe?
No recibí muchas respuestas de mis colegas del trabajo. La respuesta más importante, la necesitaba para mí y la obtuve de Shabat Parah cuando permití que mi lado cognitivo estuviera completamente abierto a mis emociones y mi fe. Me identifique a dos mundos distintos y opuestos: un mundo de valores con la creencia en Dios y un mundo de pensamiento racional, que, por cierto, es también un regalo de Dios para acercarnos a su imagen. Las leyes unen la fe y la espiritualidad con la sabiduría, algo que es conocido como "inteligencia emocional". En la oración "Ahava Raba", se lleva a cabo justamente la integración entre nuestras habilidades intelectuales: לְהָבִין וּלְהַשְׂכִּיל לִשְׁמֹעַ לִלְמֹד וּלְלַמֵּד “el saber, comprender, aprender y enseñar” y, por otro lado, nuestras emociones, instintivas e irracionales: - לִשְׁמֹר וְלַעֲשׂוֹת וּלְקַיֵּם אֶת כָּל דִּבְרֵי תַּלְמוּד תּוֹרָתֶךָ “creer, sentir, observar y cumplir tus enseñanzas de la Torah”. בְּאַהֲבָה con amor. Lo más importante en esta oración es que debemos hacer todo esto con amor, no con inteligencia, ni con razón, ni con sabiduría, sino con amor. No hay ningún punto real para basar la observancia en el sentido común. No tiene sentido tratar de justificar o explicar este mandamiento o cualquier otro para cumplirlo. Los invito a observar los mandamientos y tradiciones en cualquier grado que elijan, pero en función de sus corazones en lugar de su mente, en función de la emoción en lugar del sentido común.
Bienaventurada la persona que, a pesar de su falta de comprensión básica de los motivos de la mitzvá, aún puede declarar "na'aseh v'nishma" (basado en el amor) en tres niveles: amor por el Creador del mundo, amor por los demás y amor por uno mismo. Como escribió el profeta Habacuc sobre la verdadera esencia de todas las mitzvoth: "El tzadik por su fe vivirá".
¡Shabat shalom! Rab David Laor
Shabat Shalom!
Although this week's Torah portion is Ki Tisa, this Shabbat – the third of four Shabbatot between the months of Adar and Nissan – is also known as Shabbat Parah ("heifer"). Tomorrow, on Shabbat morning – in addition to the regular reading of Ki Tisa – we add a special maftir portion from the Book of Numbers (BaMidbar), which deals with the sacrifice of the "red heifer" used for the ritual purification of Tum'at HaMet ("the impurity of the dead"). In addition to this special maftir, we add a haftarah from Ezekiel, which also handles the issue of purity.
Let me explain a bit, for those of you, who might be unfamiliar with this concept. A red heifer is a cow, whose coat is red in color and without blemish. The animal was used to purify – those who had become impure as a result of contact with a corpse, and therefore could not enter the Temple. The process is described, as follows: the animal is ritually slaughtered and burned outside of the camp. Cedar wood, hyssop, and wool or yarn dyed scarlet, are added to the fire, and the remaining ashes are placed in a vessel, containing pure water. In order to purify a person who has become ritually contaminated by contact with a corpse, the priest (a "cohen") would sprinkle water on him. Confusing? Just wait! The priest, who performs the ritual, in turn, becomes ritually unclean, and must then, wash himself and his clothes in running waters, and wait until evening, when he is, once again, deemed pure.
The Sages have also been puzzled by this strange process, but have had to justify it to their disciples. In Midrash Rabbah on the Book of Numbers, it is told that when Rabbi Yochanan Ben Zakkai's disciples asked him to elaborate on this ritual, he answered, "It is not the corpse that makes one impure, nor the water that makes one pure. Rather, the Holy One, Blessed be He, declared, 'A chukka (statute, law) I have enacted, a decree I have issued; you may not violate my decree,' Indeed, the Maftir portion opens with the words: 'This is the chukka of the Torah'" (BaMidbar 19:2).
In other words, this is a commandment with no rationale nor apparent benefit. The mystery of this mitzvah remains unexplained until today. It is written that even the wise King Solomon, was unable to fathom the secret of the red heifer, declaring: "אָמַרְתִּי אֶחְכָּמָה, וְהִיא רְחוֹקָה מִמֶּנִּי" - "שביקש לעמוד על טעם פרה" אך לא עלה בידו." - I said: 'I will get wisdom'; but it was far from me (Ecclesiastes 7:23) But what about us? Are we – modern, enlightened, progressive Jews – Are we to accept this explanation? What is this pagan ritual!? Why do we still read about it in our synagogues? There must be a reason!
I recall many conversations over coffee, I have had with my secular office mates, discussing religion in general, and the blind belief in God. They would ask me, "How can you keep irrational and useless commandments, basing on nothing, other than pure faith?". We would use, for example, the ban on eating pork, or the sacrifice of the red heifer, as symbols of mitzvoth which solely rely on faith and emotion and have no basis or justification in common sense. I would go on, to tell them: If you think, that you are not doing the exact same thing as I do, take a good look at your day-to-day lives. We've all been to a garage to fix a broken car or had a technician or plumber come to fix some broken appliance or pipe. We've all taken guidance from a teacher or instructor without getting a second opinion or additional information. In these instances, we make a leap of faith, based on years of experience and the belief in the goodness of others. By these same criteria, you surrender your loved ones in the hands of doctors and medical professionals – based on the belief – that he/she will make the correct decision. You go to the pharmacy and purchase medicines that you do not know anything about, and ingest them, according to the doctor's orders.
And all this, with total and complete faith – with no questions asked, no judgement, and unfortunately, sometimes, with unpleasant and possibly damaging side effects.
Isn't this, also, a type of challenge to our faith? Isn't it true, that we often blindly put our faith in someone, just because of the certificate hanging on their wall? We put our faith in a human, fallible doctor, so why not, then, put it in the hands of “the Doctor”, who created mankind and the Universe, in complete? Shouldn't we listen to God's instructions, his commandments and laws, with complete faith? If you're looking for experience, then the Jewish people's history, of survival over thousands of years against multiple and ongoing threats, should very well, serve as proof. If you're looking for a "certificate", then the Torah scroll – rolled up in the ark behind me – is the Torah of life, whether or not it may seem logical to us. Is our Torah, not the ultimate challenge, a test to our faith?
I didn't get many responses from my colleagues at work. But the most important response – the one I needed for myself – I got from Shabbat Parah, when I allowed my cognitive side, to be wholly open to my emotions and my faith. I joined the two different and opposing worlds – the world of values and belief in God, with the world of rational thought (which is also God's gift to us, to bring us closer to his image).
Laws unite faith and emotion with wisdom – what we've come to call: "emotional intelligence". As we see in the "Ahava Raba" prayer, this is the integration between our intellectual abilities (to know, understand, learn and teach), and our emotional, instinctual and irrational motivations (to believe, feel, observe and uphold). לְהָבִין וּלְהַשְׂכִּיל לִשְׁמֹעַ לִלְמֹד וּלְלַמֵּד - … to know and understand, learn and teach - לִשְׁמֹר וְלַעֲשׂוֹת וּלְקַיֵּם אֶת כָּל דִּבְרֵי תַּלְמוּד תּוֹרָתֶךָ בְּאַהֲבָה - ..to observe and uphold with love all the teachings of your Torah Pay attention to what this prayer is telling us, that we must do this all with love – not with intelligence, rationale, wisdom, but with love! There is no real point in basing our observance on common sense. There is no point in trying to justify or explain this commandment, in order to uphold it. I invite you to observe the commandments and traditions, to whatever degree you choose – based on your hearts, rather than your minds, based on emotion, rather than logic. Blessed is the person, who despite his/her basic lack of understanding of the point of the mitzvah, is still able to stand and declare "na’aseh v’nishma,” (“We will do and we will hear”)! Based on love, on three levels: love of the Creator of the World, love of others, and love of oneself. As the prophet Habakkuk wrote: "The tzadik lives by his faith". That that is the true essence of the mitzvoth! Shabbat Shalom! Rab David Laor
Comments