Gueréi Tzedek
Parashat Vaikrá. B´nei Israel, 2018-03-10
Rabino Darío Feiguin
La actitud de la tradición judía con respecto a la conversión al Judaísmo no fue siempre la misma. Como muchos otros temas, también el concepto de “Guiúr”, que quiere decir la adopción del Judaísmo por parte de alguien que no nació judío, fue evolucionando a través de nuestra Historia.
En la Torá no existía el Guiúr. En esa época, “Guer” quería decir “extranjero”, y así se denominaba a quienes, sin pertenecer al Pueblo, vivían con él, hablaban el mismo idioma, y practicaban las mismas costumbres. Los rabinos en el Talmud van a darle un nombre a este tipo de “Guer”, y lo van a llamar “Guer Toshav”. Esto es, el extranjero que habita entre nosotros.
Así es como en la Biblia aparecen un montón de extranjeros residentes, algunos de ellos muy famosos. Moshé Rabéinu se casa con Tzipora, la hija del sacerdote de Midián, y más tarde, casi a su vejez, toma por esposa a una mujer etíope. El Rey Salomón, tenía varias esposas de distintas nacionalidades, y es famosa Rut la Mohabita, cuya historia se convirtió en uno de los libros de la Biblia.
Todos ellos nunca renunciaron a su origen. Seguían siendo midianitas, etíopes, egipcios, edomitas, cnaaneos o mohabitas.
El caso de Rut es especial, porque es la primera vez en donde aparece el concepto de unirse al Pueblo Judío y adoptar su fe. Pero aún ahí, no existía un proceso, ni mucho menos una regulación de esta especie de cambio de status, que denota hoy la palabra “Guiúr”.
Fíjense que utilizo la nominación en hebreo, porque creo que la palabra “conversión” es mentirosa, y puede llevarnos a malinterpretaciones. Puede ser que en un cuento, un príncipe se convierta en un sapo, pero en la realidad, no nos convertimos en nada diferente a lo que somos. Devenimos, pasamos por procesos de cambio y transformación, y tomamos decisiones consciente e inconscientemente, que afectan a nuestra existencia. Eso nos pasa a todas las personas.
En nuestra historia, el “Guiur” fue uno de los grandes cambios de Ezra, el Escriba, a partir del retorno a la tierra de Israel de la elite judía exiliada en Babilonia, propiciado por el Emperador Persa Ciro. Junto con la lectura de la Torá y la democratización del culto, que antes era sólo potestad de los sacerdotes, comenzaron los “Sofrim”, luego los “Tanaím” y más tarde los “Amoraím”, a forjar lo que hoy llamamos Judaísmo. El Judaísmo tiene sus bases en la Torá, pero se definió con los Rabinos en la Mishná, el Talmud y los Midrashim. No fue antes.
Ezra el Escriba inventó el concepto de “Guiúr”, es decir, la transformación de un no judío en judío.
De aquí en más, se va a llamar al prosélito “Guer Tzedek”, o simplemente “Guer”.
(Guerim en plural)
En las primeras generaciones de Tanaím hubo una diferencia de opinión muy clara entre la Escuela de Shamai y la de Hilel. Para el primero, había que hacerle al prosélito las cosas bien difíciles. Para el segundo, había que abrirle las puertas con sensibilidad y alegría.
Es muy conocida la historia relatada en el Talmud en Masejet Shabat, Hoja 31, página A, en donde un no judío del siglo 1, que quiere adoptar el Judaísmo, va a Shamai y le pregunta: “Rabino, quisiera que me enseñe todo el Judaísmo en el tiempo que estoy parado sobre una pata”.
Y Shamái le cierra la puerta en sus narices. Luego va a Hilel con la misma pregunta, a lo que el gran maestro le responde: “No le hagas a los demás lo que no querés que te hagan a vos. Esa es toda la Torá. Lo demás es comentario. Andá y estudiá”.
La Halajá, la ley judía, como tal vez algunos de ustedes saben, se estabeció en más de un 90%, de acuerdo a la Escuela de Hilel.
21 siglos después de Hilel y Shamai, se escuchan en algunos sectores, especialmente en la diáspora, las mismas voces disonantes. Que si, que no, que cómo, que cuándo.
Desde Ezra el Escriba, Hilel en Sabio y Rabí Akiva, y hasta que alguien cambie la esencia del Judaísmo, la aceptación del Guer y su bienvenida al Pueblo Judío no es una opción; es una Mitzvá.
Quiero decirles a quienes fueron aceptados al curso de Guiúr, que B´nei Israel les abre las puertas, como quien invita a alguien a su casa. Que esperamos que se sientan cómodos y a gusto, que estudien con esfuerzo y pasión, que celebren con nosotros alegrías y tristezas, que respeten nuestras formas y costumbres, y que traten de integrarse a la Comunidad con generosidad y amor.
Quiero decirles a quienes no fueron aceptados al próximo curso, que no se sientan desesperanzados ni defraudados, que perseveren en su búsqueda, que si no los podemos aceptar ahora, no quiere decir que no lo hagamos en la próxima. Y quiero pedirles que sigan viniendo, porque así nos vamos a seguir conociendo.
Quiero decirles a quienes alguna vez estuvieron en ese lugar y se enfrentaron con puertas cerradas en las narices, que tengan memoria y sean sensibles ante los nuevos Guerim. Nosotros los judíos fuimos Guerim en la tierra de Egipto, y lo recordamos siempre. Dentro de poco, lo haremos en el Seder de Pesaj. Avraham Avinu llegó de Ur Kasdim en Aram. El primer hebreo fue de alguna manera un “Guer”. Somos un pueblo de Guerim.
Quiero también decirle algo a los miembros de mi Comunidad. Cuando llegó la novia de mi hijo y actual mujer, o cuando después apareció el novio de mi hija (lo que para un padre es tal vez más dramático), tenía dos opciones. La primera era preguntarme qué hacen estos intrusos en mi casa. La segunda era celebrar que la familia estaba creciendo.
Quiero decirles que debemos ser lo suficientemente sabios como para entender que la familia está creciendo. Parafraseando a uno de los fundadores de esta Comunidad, a quien quiero y admiro, quiero decirles que después de la Shoá, no podemos perdernos la posibilidad de perder un sólo judío más. La Mitzvá se hace doblemente importante.
Esta semana comenzamos a leer el libro de Vaikrá, que significa: “Y llamó” y cuyo primer tema tiene que ver con las ofrendas que cada hebreo debía llevar al tabernáculo en el desierto.
Tenemos que responder a ese llamado interior, y tenemos que hacerlo ofreciendo lo mejor de nosotros.
El Miércoles 25 de Abril comienza una nueva aventura en B´nei Israel para todos nosotros.
Vamos a prepararnos todos, para que la familia extendida crezca con consciencia, humildad, sabiduría y sensibilidad.
Guerei Tzedek
Parashat Vaikrá. B´nei Israel, 2018-03-10
Rabbi Darío Feiguin
The attitude toward the Jewish tradition regarding conversion to Judaism has not always been the same. Like many other topics, the concept of "Guiúr", which means the adoption of Judaism by someone who was not born a Jew, has evolved throughout our history.
In the Torah, there was no concept of Guiúr. At that time, the Word "Guer" meant "foreigner", which was the name for those who, without belonging to the people, still lived with them, spoke the same language as they did, and practiced the same customs. The rabbis in the Talmud give this type of "Guer" a name, and they call them "Guer Toshav" -- meaning “the foreigner who lives among us”.
Many foreigners like this appear in the Bible, as residents, and some of them are very famous. Moshe Rabéinu marries Tzipora - the daughter of the priest of Midian - and later, almost in his old age, he takes as a wife an Ethiopian woman. King Solomon had several wives of different nationalities and it is the famous Ruth the Mohabite, whose story became one of the books of the Bible.
All of them never gave up their origin. They were still Midianites, Ethiopians, Egyptians, Edomites, Canaanites, or Mohabites.
The case of Ruth is special because it is the first time that the concept of joining the Jewish People and adopting their faith appears. But even there, there was no process, much less a regulation for this kind of status change, which today is denoted by the word "Guiúr".
Notice that I use the Hebrew nomenclature, because I believe that the word "conversion" is a lie, and its use can lead to misunderstandings. It may occur in a story that a prince converts into a frog, but in the real world we don’t convert into anything different than what we are. We become, we go through processes of change and transformation, and we make decisions consciously and unconsciously, that affect our existence. That happens to all people.
In our history, the "Guiur" was one of the great changes of Ezra the Scribe, starting from the return to the land of Israel by the Jewish elite who were exiled in Babylon by the Persian Emperor Cyrus. Along with the reading of the Torah and the democratization of the Temple Cult - which prior to this was the sole property of the priests, the "Sofrim" and then the "Tanaim" and later the "Amoraim" began to forge what we now call Judaism. Judaism has its foundations in the Torah, but it was defined with the Rabbis in the Mishnah, the Talmud and the Midrashim. It didn’t exist in this form before then.
Ezra the Scribe invented the concept of "Guiúr", meaning “the transformation of a non-Jew into a Jew”.
From then on, the proselyte is called "Guer Tzedek", or simply "Guer".
(“Guerim” in plural.)
In the first generations of Tanaim there was a very clear difference of opinion between the School of Shamai and that of Hillel. For the former, the proselyte’s path had to be made very difficult. For the second, the doors had to be opened with sensitivity and joy.
The well known story in the Talmud in Masecheth Shabbat Folio 31A, where a non-Jew of the 1st century, who wants to adopt Judaism, goes to Shamai and asks him: "Rabbi, I want you to teach me all of Judaism in the time that I remain standing on one leg ". And Shamai closes the door in his face. Then he goes to Hillel with the same question, to which the great teacher replies: "Do not do to others what you do not want them to do to you. That is the whole Torah. The rest is commentary. Go and study. "
The Halacha, the Jewish law, as perhaps some of you know, was established in more than 90%, in accordance with the School of Hillel.
21 centuries after Hillel and Shamai, the same dissonant voices are heard in some sectors, especially in the diaspora. What to say yes to, what to say no to, how should it be done, and when. ¿ who may convert, who can’t, how should it be done and when?
From Ezra the Scribe, Hillel the Sage and Rabbi Akiva, and until someone changes the essence of Judaism, the acceptance of the “Guer” and their welcome to the Jewish People is not an option; it is a Mitzva.
I want to tell those who were accepted to the course of Guiúr, that B'nei Israel opens the doors to them, like someone who invites another into their house.
We hope that they feel comfortable and at ease, that they study with strength and passion, that they celebrate with us joys and sorrows, that they respect our ways and customs, and that they try to integrate themselves into the Community with generosity and love.
I want to tell those who were not accepted to the next course, that you shouldn’t feel hopeless or disappointed, that you continue in your search, that if we can’t accept you now, it does not mean that we won’t accept you next time. And I want to ask you to keep coming, because that way we'll keep getting to know each other.
I want to tell those who were once in that place and faced doors closed in their noses, that you remember and are sensitive to the new Guerim. We Jews were Guerim in the land of Egypt, and we always remember it. Before long, we will do it in the Passover Seder. Avraham Avinu arrived from Ur Kasdim in Aram. The first Hebrew was somehow a "Guer".
We are a people of Guerim.
I also want to say something to the members of my Community. When my son's girlfriend and current wife arrived, or when my daughter's boyfriend later appeared (which for a father is perhaps more dramatic), I had two options. The first was to ask myself what these intruders were doing in my house. The second was to celebrate that the family was growing.
I want to tell you that we should be wise enough to understand that the family is growing.
To paraphrase one of the founders of this Community, whom I love and admire, I want to tell you that after the Shoah, we can not take the chance of losing even one more Jew. The Mitzva becomes doubly important.
This week we begin to read the book of Vaikrá, which means: "And he called" and whose first theme has to do with the offerings that each Hebrew had to take to the tabernacle in the desert.
We have to respond to that inner call, and we have to do it by offering the best of ourselves.
On Wednesday, April 25, a new adventure in B'nei Israel begins for all of us.
We are all going to prepare ourselves, so that the extended family grows, with awareness, humility, wisdom and sensitivity.
Translated by: Jonathan Hops
Comentarios