Parashat Vaerá 5765
Rabina Daniela Szuster
La parashá de esta semana comienza diciendo: “Y habló D”s a Moshe y le dijo: Yo soy Adonai. Yo me aparecí a Abraham, a Itzjak y a Iaakov por El-Shaddai, empero por mi nombre Adonai no me he dado a conocer a ellos.” (Shemot 6: 2-3).
¿Qué quiere decir que se le apareció a los patriarcas con un determinado nombre, El-Shadai y no les dio a conocer el nombre Adonai? ¿Por qué no se los dio a conocer? ¿Acaso ellos eran menos importantes que Moshe y que el pueblo de Israel?
Muchos sabios explican, y entre ellos se encuentra Rambán, que cuando dice en el texto que por su nombre Adonai no se había dado a conocer a los patriarcas, no se estaba refiriendo literalmente a que no conocían ese nombre sino que D”s no les había revelado una de sus cualidades.
Rambán sostiene que el nombre El-Shadai se refiere a la revelación divina que se manifiesta en las mismas leyes de la naturaleza. D”S se revelaba a los patriarcas pero el mundo seguía funcionando normalmente.
En cambio el nombre Adonai se refiere a la revelación divina que se manifiesta a través de señales y milagros.
Cada uno percibía a D”s de manera muy diferente. Los patriarcas lo veían como el D”s de la naturaleza. Su fe era ciega, sin esperar grandes milagros. Si D"s se acercaba, respondían a su llamado.
Moshé y el pueblo de Israel percibían y necesitaban percibirlo como un D”s con poderes sobrenaturales. En momentos de esclavitud y sufrimiento necesitaban un D"s que los salvara milagrosamente.
Cada uno, los patriarcas por un lado y Moshé por el otro, desarrollaron una relación particular con D”s, dependiendo de la experiencia de vida, de la personalidad y de los acontecimientos vividos.
Entonces podemos decir que no es que D”s no les manifestó su nombre a los patriarcas sino que tenía que ver con la relación y expectativas de cada uno con respecto a la divinidad. Podemos entender esta idea a la luz del siguiente Midrash:
Dijo Rabi Aja: en el momento que D”s iba a crear al primer hombre, se le aparecieron un montón de ángeles. D”s les dijo “Naase Adam”, “Hagamos un hombre” (Bereshit 1: 26).
Le preguntaron los ángeles: ¿cuál será la naturaleza del hombre? D”s les respondió: su sabiduría será más grande que la vuestra. ¿Qué hizo D”s? trajo delante de ellos animales. D”s les preguntó: ¿cuál es el nombre de este animal? Y los ángeles no supieron qué decir.
Colocó los animales delante del primer hombre y le preguntó: ¿Cuál es el nombre de este animal? Adam contestó: este se llama toro, este burro, este camello y este caballo.
D”s le preguntó al primer hombre: ¿Cuál es mi nombre? Adam le contestó: Adonai, amo de todas las criaturas. Dijo Rabi Jia: “Yo Soy Adonai y éste es mi nombre” (Isaías 42: 8), éste es mi nombre que me dio el primer hombre.” (Midrash Rabba).
En este Midrash es el hombre quien otorga un nombre a D"s y D"s acepta dicha atribución.
Quizás D"s espera de nosotros que le otorguemos un nombre, un nombre que surja de nuestra alma, de nuestra relación con la divinidad.
Un nombre que refleje nuestra sensibilidad por la vida y nuestra búsqueda espiritual.
Un nombre que nos acerque a su presencia.
Cuando pensemos en ese nombre es importante tener en cuenta que D"s no es un ser humano, podemos llamarlo de muchas maneras pero no olvidar que no es de carne y hueso.
También es importante recordar que cuando lo nombramos como Rey, Padre, Adonai de los ejércitos o juez no estamos diciendo que realmente es un Rey, Padre, Adonai de los ejércitos o juez y mucho menos decimos que D"s es de género masculino.
A veces el lenguaje nos confunde, nos engaña.
Que todas las atribuciones estén escritas en masculino no quiere decir que creamos que es hombre. Están escritas así porque por miles de generaciones nuestros ancestros sintieron la necesidad de llamarlo de ese modo. Nunca se les pasó por la cabeza atribuirles cualidades o atribuciones femeninas porque simplemente la femineidad no era un valor relevante en la sociedad.
Obviamente no se trata de definir el género a D"s sino decir que D"s no tiene género, es un ser superior y de otra naturaleza que la del hombre.
En este Shabat Vaerá pensemos qué nombre le atribuimos a D"s, reflexionemos cómo es nuestra relación con él y cómo poder tener siempre una búsqueda religiosa.
Una búsqueda que nos haga emocionar, sensibilizar y sentir que lo inefable está presente en nuestra vida. Que la vida no es sólo terrenal sino también celestial.
El primer hombre, nuestros patriarcas y Moshé nos enseñan lo importante que es atribuirle un nombre a D"s. Ellos buscaron y encontraron un nombre que los acercaba a D"s y que los ayudaba a que puedan elevarse espiritualmente.
Sigamos sus pasos y elijamos también nosotros el nombre que nos acerque a la presencia divina.
Parashat Vaerá 5765
Rabbi Daniela Szuster
This week’s parasha begins with: “And G-d spoke unto Moshe, and said unto him: I am the Lord; and I appeared unto Abraham, unto Iztjak, and unto Iaakov, as El-Shaddai, but by My name Adonay I made me not known to them.” (Shemot 6:2-3)
What does it mean that He appeared to the patriarchs with a specific name, El-Shaddai, and not made them know His name Adonay? Why not let them know? Perhaps they were less important than Moshe and the people of Israel?
Many wise men explain, and among them Ramban, that when the text says that by His name Adonai, He was not known to the patriarchs, He was not referring literally that they didn’t know His name, but that G-d did not reveal unto them one of His qualities.
Ramban holds that the name El-Shaddai refers to the divine revelation shown in nature’s laws. G-d revealed himself to the patriarchs but the world continued working normally.
Instead the name Adonai refers to the divine revelation shown through signals and miracles.
Each one perceived G-d in a different way. The Fathers saw Him as the G-d of nature. Their faith was blind, not waiting for big miracles. If G-d came closer, they would answer His call.
Moshe and the people of Israel perceived and needed to perceive Him as a G-d with supernatural powers. In times of slavery and suffering they needed a G-d who would save them miraculously.
Each one, the Fathers on one side and Moshe on the other, developed a private relationship with G-d, depending on life experience, personality and the events lived.
We can say then that it is not that G-d did not declare his name to the Fathers, but it is related to the relationship and expectation of each one regarding divinity. We can understand this idea in light of the following Midrash:
Rabbi Acha said: at the moment G-d was going to create the first man, many angels appeared. G-d told them “Naase Adam”, “Let us make man” (Bereshit 1:26).
The angels asked: what will be the nature of man? G-d answered: his wisdom will be bigger than yours. What did G-d do? He brought animals before the angels. G-d asked them: what are these animals’ names? And the angels did not know what to say.
He put the animals before the first man and asked him: what are the names of these animals? Adam answered: this one is called bull, this donkey, this camel and this horse.
G-d asked the first man: What is my name? Adam answered: Adonay, lord of all creatures. Rabbi Chia said: “I am Adonay and this is my name” (Isaiah 42:8), this is my name given by the first man” (Midrash Rabba).
In this Midrash is the man who gives a name to G-d and G-d accepts such attribute.
Perhaps G-d expects us to give him a name, a name coming out of our soul, from our relationship with the deity.
A name reflecting both our sensitivity for life and our spiritual search.
A name that brings us near to his presence.
When we think of that name it is important to realize that G-d is not a human being, we can call him in many ways but don’t forget he is not flesh and bone.
Also, it is important to remember when we call him King, Father, Adonay of hosts or judge we are not saying he is really King, Father, Adonay of hosts or judge and we don’t say G-d is masculine, neither.
Sometimes language confuses us, it deceives us.
That all his attributions are written in the masculine doesn’t mean we believe he is a man. They are written that way because for thousands of generations our ancestors felt the need to call him that way. It did not occur to them to attribute feminine qualities or attributions to Him simply because femininity was not a relevant value in society.
Obviously it is not about trying to define G-d’s gender but to say G-d has no gender, he is a superior being and of another nature different from that of man.
On this Shabbat Vaera we shoud think which name we attribute to G-d, reflecting our relationship with him and how to always have a religious search.
A search that excites us, makes us sensitive and feel that the indescribable is present in our life. Life is earthly but heavenly, also.
Adam, the first man, our Fathers, and Moshe all teach us how important it is to attribute a name to G-d. They searched and found a name that brought them closer to G-d and helped them to elevate themselves spiritually.
Let’s follow their steps and choose the name that brings us closer to the holy presence.
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